“La verdad es que no existe una respuesta definitiva para eso. El máximo dependerá de cada tipo de piel y el mínimo, al menos una vez al año. Para pieles normales se recomienda una frecuencia de uno y tres meses entre cada limpieza profunda. Pieles maduras, secas o con manchas, una cada seis meses; y pieles acnéicas, una cada dos semanas para controlar la infección y la inflamación”.